Si estás escribiendo un comentario poco amable o incluso ofensivo, recuerda siempre que estás mirando a una persona de carne y hueso, incluso si estás separado por una pantalla.

¿Cuántas veces los artículos publicados en una red social se llenan de una maldad indescriptible que, por lo general, no oímos entre dos personas que toman café juntos?

Antes de escribir, reflexionemos sobre el hecho de que el otro no es el chivo expiatorio sobre el cual derramar nuestro estrés o nuestra ira reprimida. Las redes sociales no pueden convertirse en peras de boxeo.

Preguntémonos si lo que vamos a escribir en las redes sociales puede herir a alguien, ofender sus sentimientos o incluso humillarlo.

Recordemos que somos responsables ante la ley de nuestras acciones en la web. Por ejemplo, podemos ser perseguidos penalmente por difamación al afirmar algo falso sobre alguien, como sucede en la vida real. De hecho, es bueno saber que la difamación puede incluso agravarse si ocurre en una red social como Facebook, Instagram o Twitter porque, legalmente hablando, la red social se considera un espacio real donde lo que se dice llega a mucha gente a la vez. Más razón para pensarlo dos veces antes de escribir cosas malas….

Si el propósito de nuestro comentario es hacer reflexionar a alguien que, a nuestro juicio, apoya una tesis equivocada, seguramente no le haremos cambiar de opinión insultándolo. Nadie reflexiona si se siente atacado, más bien tratará de defenderse y, aunque solo sea por orgullo, se enriquecerá aún más en sus convicciones.

Es posible -pero no obvio- que tengamos razón y que el otro esté equivocado, pero aun así debemos recordar que sólo si corregimos con respeto, si ofrecemos alimento para el pensamiento con el fin de ayudar al otro, no para aplastarlo, el diálogo es constructivo. De lo contrario, sólo estamos perdiendo el tiempo. O, peor aún, estamos sembrando resentimiento. En pocas palabras, estamos ensuciando la red.

No es necesario editar tu cuerpo, exagerar los números de una noticia política, manipular una situación social o  personal por ser más popular.

Debemos aprender a ser honestos en la realidad en que vivimos y dejar de manipular nuestro entorno para conseguir una fama efímera. 

Muchas veces se comparte contenido en internet sin contexto o manipulado, así que ten cuidado con las fotos que les das share, las noticias que compartes o la información que publicas ya que mucha de esta puede no ser actual o simplemente está fuera de un contexto real y solo busca la desinformación. 

En muchas ocasiones los titulares de las noticias, no tienen nada que ver con su cuerpo, por eso te aconsejamos que antes de repostear alguna información, puedas leer con detenimiento la información y así, tengas claridad sobre lo que estás compartiendo.

Muchas noticias falsas se escriben con el fin de generar posturas y/o sentimientos en los usuarios, es por esto que al leer alguna nota que te genere estados de conmoción extremos ya sea felicidad, tristeza o miedo, te recomendamos que mantengas una mentalidad crítica y te puedas preguntar  por ejemplo, ¿por qué se escribió la historia? ¿Promueve una agenda o causa en particular? ¿Intenta que hagas clic para acceder a otro sitio web?

Todos tenemos derecho al buen nombre  y debemos tener cuidado al exponer información personal o que pueda dañar la reputación de una persona.

Las leyes en el mundo protegen a las personas frente a las expresiones o informaciones ofensivas o injuriosas, falsas o tendenciosas, o que se tiene derecho a mantener en reserva, las cuales distorsionan el concepto público que se tiene del individuo .

Existen paginas que nos permiten conocer y verificar si los acontecimientos que se muestra en las redes sociales son reales o no, estas son algunas de las páginas más reconocidas:  

• Google
• Google imagenes
• Snopes
• PolitiFact
• Fact Check
• BBC Reality Check

El internet lo construimos todos los días y somos corresponsables del contenido que se consume en buscadores y redes sociales. Debemos tener presente que si queremos un mejor internet, sin violencia, sin divisiones y sin amarillismo debemos comenzar por nosotros como fuente de información y responsabilidad. 

El internet que creamos hoy será la historia que consumirán como historia a las generaciones futuras.